La cata del café tiene cita en la fábrica de Campo Maior. Todos los días, a las once de la mañana y a las cuatro de la tarde, como mínimo, tres catadores probadores seleccionan los mejores cafés. Los que más tarde darán origen al expreso perfecto.

Todo empieza en la recepción del café verde procedente de más de 60 orígenes tan diferentes y distantes como Brasil, Angola, Vietnam o Costa de Marfil. En ese momento, se da el primer contacto visual y olfativo con el café.

Antes de iniciar el proceso de producción, se analiza todo al detalle. El café, aún verde, se identifica y es objeto de cuidadosos análisis sensoriales y de laboratorio. Y solo después entra en la línea de producción.  

 

El tueste.

Se trata de una de las fases más importantes y diferenciadoras del proceso de producción del café. Es aquí donde los granos de café verde adquieren los tonos acastañados y liberan un aroma caliente y envolvente con notas que pueden ir del caramelo, al cacao o a la vainilla.

El arte del tueste es muy importante en el perfil aromático de un expreso perfecto. A partir de la misma mezcla, diferentes procesos de tueste crean cafés con aroma, sabor, cuerpo y acidez distintos.

El proceso de tueste se ajusta a la variedad, origen geográfico y uso final del café. El principal desafío del maestro de tueste es asegurar el tueste ideal para cada grano de café. Solo así se pueden extraer las mejores características de cada lote de café.

Tras reposar en los silos de café tostado, se inicia un cuidadoso proceso de mezcla de los cafés, que dará origen a las diferentes mezclas. Cada mezcla tiene un cuerpo, una textura, una acidez y un aroma propio que se adecuan a diferentes perfiles sensoriales. Delta Q produce una amplia gama de productos con diferentes intensidades.

 

El café ya está listo para la molienda y encapsulación. Al terminar el proceso de producción, solo falta saborear el mejor café. ¡El expreso perfecto!